Conozco a Magnus desde que ingresé en la empresa, desde el primer momento que pisé este lugar, el se mostró interesado en ayudarme en todo lo que necesitara.
Me confesó una vez que cambiaba la clave de un armario de su oficina constantemente. Para desafiar a los curiosos, ocultaba la combinación en un acertijo que hacía público en algún lugar del edificio.
Magnus es un excelente compañero, como pocos se pueden encontrar.
Desde hace meses que todos los fines de semana nos encontramos para jugar algunos juegos, es uno de los momentos que más disfruto de la semana.
Hace poco tiempo me dijo que estaba enamorado de una compañera de trabajo, me dijo también que si en algún momento su sentimiento no era correspondido, se iría de viaje un tiempo. Creo que no habría podido lidiar con la vergüenza.
Hace un par de semanas estuvo esperando a un nuevo invitado al juego pero este nunca apareció, Magnus estaba realmente enojado, había preparado toda la semana ese juego y necesitaba que todas las personas invitadas estuvieran presentes. Lamentablemente no pudimos completar la jornada.